DELARACIÓN DE MISIÓN
“Sin profecía el pueblo se desenfrena; Mas el que guarda la ley es bienaventurado
(Proverbios 29:18).”
EXALTAR A CRISTO
Exaltamos a Cristo por medio de la alabanza y la adoración, por medio de altares personal y familiares, por medio de la oración, por medio del ayuno, por medio de la lectura y la memorización de la Biblia
- “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento” (Marcos 12:30).
“Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado” (1 Corintios 2:2).
EQUIPAR A LA IGLESIA
Equipamos a la iglesia por medio de seminarios, tallares, colegios bíblicos, y al enseñar principios prácticos en torno al Liderazgo, Evangelismo, Crecimiento de la Iglesia, Consejería, y Autoridad Espiritual
- “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:11-13).
EVANGELIZAR EL MUNDO
Evangelizamos al mundo al entrenar y enviar hombres y mujeres a comunidades para compartir el Evangelio, orar por los enfermos, ensenar estudios bíblicos y entrenar y enviar ministros a plantar nuevas iglesias por todos los Estados Unidos y el mundo.
- “Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” (Mateo 9:37-38).
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. 35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.